15.11 - 10.12.2024

SPECTRA

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"Spectra. Lo que cubre el manto" sintetiza la pintura que Javier Peláez ha desarrollado en los últimos cinco años. Sin embargo, podemos remontarnos un par de décadas atrás, al inicio de su trayectoria, y encontrar indicios de lo que ahora resulta evidente: un pensamiento pictórico que hace converger el espacio simbólico con la presencia física de la obra. Por un lado, se percibe su intención de trascender los límites del formalismo pictórico del que emerge; por otro, su deseo de difuminar esos mismos límites, ampliando así su campo de acción. La obra de Peláez explora, en cierta forma, la distancia entre la palabra y el acto de decir; de ahí su interés en la poesía y la música que acompañan su proceso creativo. Al respecto, Javier ha comentado:“Pintar, o configurar algo a través de la pintura, es similar a nombrarlo. La pintura ha sido hasta ahora el mejor instrumento que he tenido para comprender el mundo, y a la vez, la herramienta más adecuada para construir uno a partir de mis elecciones y soluciones. De alguna manera, a través de la pintura, estoy nombrando un lugar como mío.” Pero, ¿cuál es ese lugar para Javier Peláez? ¿Qué lo define, cómo se caracteriza y dónde se sitúa? Tras más de diez años de diálogo continuo con Javier, he descubierto que la formulación de un “campo de visión múltiple” ha sido el punto de encuentro y confrontación desde el cual se puede abordar su obra. Según él, su pintura “aspira a una condición que integre diversos estados pictóricos”; una pintura que abarca tanto la visión periférica de sus intereses —desde el barroco hasta la comunicación digital— como su atención en un punto central al que siempre retorna: la certeza de que la verdad es esquiva, y el enigma de cómo el arte puede revelar este hecho a través de la ficción. La expresión “lo que cubre el manto” es, en sí misma, un trampantojo: mientras presenta una imagen (la tela plegada que envuelve un objeto sagrado, como testimonio de un capítulo amplio de la historia del arte), también actúa como un recordatorio puntual: el motivo fundamental de la obra no radica en lo que se oculta ni en la ilusión conseguida a través del oficio de la pintura, sino en el manto, el cual, al descorrerse, desvela el artificio. ¿Qué importa si se trata de la talla en madera de un santo occidental o del bronce de una deidad oriental, si la principal acción del artista reside en la película que cubre la figura, por demás ausente? La pintura, por definición, es una superficie, y el acto pictórico de Peláez ocurre precisamente en esa membrana (ya sea papel espectra, celofán, grafito o pan de oro) que al ocultar, revela. A través de estrategias como el hiperrealismo, el gesto, el glitch, la fragmentación, la modulación geométrica y el sfumato, Peláez crea una obra que no se basa en representar una imagen, sino en exponer aquello que no está a la vista. Al igual que emplea múltiples modos de pintar “para intentar decir algo, no para definir una postura”, su pintura colapsa la idea de imagen y da prioridad al concepto de visión. No es lo que vemos o dejamos de ver, sino cómo observamos el mundo cuando entrecerramos los ojos y nuestra percepción se reduce a un horizonte confuso, en un vaivén perpetuo de atmósferas, abstracciones y evocaciones. “Lo que cubre el manto” no es una exposición de pintura tradicional que presenta una colección de imágenes con mayor o menor relevancia histórica y biográfica, sino más bien un autoexamen del artista en su condición de creador analógico de imágenes en un mundo vorazmente digital. A la vez, resolviendo la contradicción que este acto implica, su pintura es una pantalla virtual donde convoca lo inasible, ya sea la verdad, la fe, el conocimiento o el destino. Es en esa incierta distancia entre una imagen, la presencia del objeto y nuestra mediación donde reside el lugar de la pintura en Javier Peláez. O, como él mismo ha expresado: “La pintura es un campo de acción donde la prioridad radica en sí misma; la pintura siempre manifiesta su naturaleza indeterminada, y tanto el medio como la imagen se someten a las posibilidades o limitaciones de la materia y su manipulación." Christian Barragán

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WORKS
Santo Azul

Santo Azul

2023 Oil on canvas 160x120 cm
ARTISTS

Javier Peláez

(b. 1976, CDMX, Mexico) Javier Peláez was educated in architecture and painting in his native Mexico City. After his studies, he concentrated in painting, spending more than 15 years in developing and perfecting his unique technique, challenging the limits of representation and the images that conform the reality we live in. Peláez uses painting to reimagine a new reality. He explores the possibilities of configuration and transit that move the world we live in. His familiarity and rigorous observation allows him to reconstruct the imagery of our reality. The artist has achieved recognition worldwide, participating in numerous individual and collective exhibitions internationally. Some of these accomplishments include: “Al borde de un pliegue” exhibition, 2021, Museo de Arte de Sinaloa, “Broken Tree” at William Turner Gallery, 2019, Los Angeles, USA and “Death Nature” at the Laundromat Gallery, 2011, New York, USA. Peláez was also co-director of the independent platform “DIAGRAMA” (CDMX) from 2012-2015.

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